¿Has pensado por qué muchas personas cuando estamos a dieta llegamos a fracasar en el intento?. Esto se puede deber a muchos factores como: las emociones, la autoestima, el estrés, la situación económica, etc. Sin embargo en este artículo me centraré en lo más básico: Los hábitos alimenticios.
Pero ¿Qué son exactamente? Los hábitos alimenticios son todos aquellos patrones que tenemos desde el proceso de selección del producto, la marca que elegimos, el lugar en donde lo compramos, como lo preparamos, a que hora lo comemos, con que lo acompañamos y tienen una gran influencia social y cultural.
Probablemente prepares un alimento utilizando la misma receta que te enseñó tu mamá o tu abuela, estás acostumbrado a ese sazón y pudiera ser que en tu país todas las familias o restaurantes lo preparen de forma similar.
En algunos países se acostumbra cocinar con muchas especias, en otros a consumir muchos embutidos, en otros mucha grasa, en otros mucho picante y en otros a tomar el té después de comer. Existen otros hábitos que se pueden adquirir en la familia como son el no cenar o no desayunar o por el contrario, nunca salir de casa con el estómago vacío y estos hábitos pasarán de generación en generación.
Si una persona tiene el hábito de no desayunar e inicia un régimen alimenticio que incluye desayunos e incluso enfatiza la importancia de hacerlo para obtener los resultados deseados, puede llegar a ser muy frustrante la preparación del mismo si no se administran bien los tiempos de preparación y puede llegar a fracasar en el intento. Es algo muy simple, jamás ha destinado tiempo en la mañana para eso, así que comenzar a hacerlo será un reto que requerirá despertarse más temprano.
Debo resaltar a manera de paréntesis personal que considero por experiencia propia, que ninguna comida se debe de saltar y que incluso se deben de ingerir colaciones entre las comidas para no tener a nuestro cuerpo andando a marchas forzadas.
Regresando al punto, si nos detenemos a revisar los hábitos que actualmente tenemos y los cambios que debemos de hacer al comenzar un nuevo estilo de vida, estaremos quitando obstáculos que se pudieran presentar en el camino.
¿Qué nos puede ayudar para adquirir nuevos hábitos alimenticios?
- Hacer cambios paulatinamente. Hay cosas que será mejor comprar desde que iniciamos una dieta estando conscientes de que el cambio beneficiará nuestra salud, pero habrá otras cosas que podremos ir cambiando conforme vayamos avanzando. Un ejemplo que pongo a mis pacientes es ¿Te imaginas comprar en este momento todo lo que vas a necesitar para tus comidas las siguientes 4 semanas?. Sería muy exagerado ¿verdad?, entonces vayamos paso a paso o semana a semana.
- Planear con anticipación: Planear los horarios de comida, el menú de la semana para comprar justo lo que se va a necesitar, planear en que momento lo prepararemos, en que lo almacenaremos y como lo trasladaremos nos puede evitar varios dolores de cabeza. Para que algo se vuelva un hábito se requiere constancia pero también planeación.
- Ser flexibles: Este punto va con el anterior porque habrá momentos en los que algo esté fuera de nuestro control, pero siempre podemos encontrar una alternativa y una solución si partimos desde la flexibilidad.
- Ser prácticos: En este punto me refiero a todas aquellas cosas que puedan hacer nuestra vida más práctica y relajada. Revisemos que cosas nos parecieron más tediosas o nos quitaron más tiempo durante la primera semana y busquemos alguna alternativa para solucionarlo.
- Ser pacientes: Los cambios no se dan de la noche a la mañana y la paciencia juega un factor muy importante. Cualquier cambio requiere adaptación, seamos pacientes y permitamos a nuestro cuerpo adaptarse a esta nueva vida que le estamos presentando. La báscula no siempre se va a mover rápido y a veces se estancará. Seamos pacientes, el cuerpo es sabio.
- Abrirse a cosas nuevas: Gracias a los hábitos alimenticios adquiridos, podemos estar acostumbrados a comer los alimentos de cierta forma o con cierto producto que la nutrióloga nos prohibió. Al abrir la mente para dar paso a probar nuevos sabores, texturas, nuevas marcas, en fin nuevas formas de preparación estaremos dando paso a la creatividad que nos llevará a idear, a mezclar y a crear.
- Escuchar a nuestro cuerpo: Al principio es común que nuestro cuerpo pueda rebelarse ante el cambio y manifieste diversos síntomas. Hay que estar atentos a lo que nos dice en todo momento.
- Informarnos: Leamos, investiguemos, aprendamos. Cada persona es distinta y no todos funcionamos igual, ni tenemos los mismos gustos.
- Tener un grupo de apoyo: Al iniciar un nuevo estilo de vida debemos de estar conscientes que lo hacemos por nosotros y porque nosotros queremos, esto significa que los que nos rodean seguirán viviendo su vida a su manera y no podemos ni debemos cambiarlo. Pero lo que sí podemos hacer es tener un grupo o una persona que esté haciendo algo similar a lo que estamos haciendo y apoyarnos en ella/ellos. Al convivir con gente que esté en nuestra sintonía podremos resolver dudas, aprender cosas nuevas, obtener tips y compartir experiencias en general. Puedes encontrar a estas personas en tu trabajo, en tu familia y en las redes.
Espero te sirvan estos tips al iniciar cualquier proceso de cambio que te lleve a desarrollar nuevos hábitos.
Gabriela Herrera
Psicóloga & Life coach